¿Sabías que cada vez más comunidades aprovechan sus azoteas para generar su propia energía?
Lo interesante es que casi todas lo hacen… pero hay un detalle que muchos desconocen y que marca la diferencia entre un proyecto ágil y uno eterno.
¿Qué es ese detalle? Lo descubrirás mientras avanzas, pero primero vamos paso a paso.
Cada vez más edificios buscan reducir gastos comunes, ser más eficientes y depender menos del precio de la electricidad.
Las placas solares en comunidades permiten justo eso: aprovechar un espacio compartido para generar energía limpia que se usa para ascensores, iluminación, zonas comunes, garajes o incluso consumos individuales.
Además, permiten:
Pero antes de imaginar paneles en el tejado, hace falta entender cómo se gestiona el proyecto dentro de la comunidad.
La normativa en España facilita mucho la instalación de placas solares para comunidades de vecinos, pero sigue existiendo un procedimiento que conviene cumplir al detalle.
Se necesita 1/3 de los propietarios, que representen a la vez 1/3 de las cuotas, para aprobar la instalación de placas solares comunitarias.
La instalación se destina a dos usos:
Esto debe definirse antes de votar.
Aunque cada municipio tiene variaciones, en la mayoría de casos solo se requiere:
La empresa instaladora suele encargarse de este trámite.
Antes de instalar nada, es esencial alinear a los vecinos. La parte organizativa evita malentendidos posteriores.
Una empresa especializada analiza:
Este estudio suele ser gratuito en la mayoría de empresas.
Con el estudio en mano, se convoca una reunión donde se explica:
Aquí es donde suelen aparecer dudas habituales, como qué ocurre si hay vecinos que no quieren participar o cómo se reparte la energía.
Si se obtiene el 1/3 necesario, la instalación se realizará.
Los vecinos que no participen no tienen obligación de pagar la instalación, salvo que esta sea exclusivamente para zonas comunes.
Para evitar problemas futuros se recomienda redactar un documento donde recoja:
La claridad administrativa evita conflictos.
No todas las azoteas ni todos los edificios permiten el mismo tipo de instalación. Estos son los más comunes.
La energía generada se usa para el ascensor, iluminación de escaleras, parking o puerta del garaje.
La energía de las placas solares de la comunidad de vecinos se reparte entre quienes participen. Cada vecino recibe un porcentaje preacordado y lo ve reflejado en su factura eléctrica.
Una parte se usa en zonas comunes y otra se reparte entre viviendas. Es habitual en comunidades donde todos quieren beneficiarse de algún modo.
Este punto es crucial para evitar confusiones. El reparto se hace de dos formas:
Cada vecino recibe siempre el mismo porcentaje.
El reparto cambia según el consumo real de cada vecino, ajustado cada mes o cada hora.
Instalar placas solares en comunidades funciona muy bien cuando hay claridad. Aquí te presentamos varios consejos útiles:
Una buena planificación reduce dudas y acelera la aprobación.
No. Solo quienes voten a favor o quieran formar parte del autoconsumo compartido.
Solo pagan quienes se benefician del autoconsumo, salvo instalaciones que sean exclusivamente para zonas comunes.
No. Los paneles se colocan en la cubierta y apenas interfieren en el uso del edificio.
Lo habitual es que la inversión se recupere entre 4 y 7 años gracias al ahorro en la factura. Este dato es muy importante a la hora de instalar paneles solares en una comunidad de vecinos.